A tal punto llega mi autoboicot que cuando me propongo escribir no me sale nada, mientras que en otros momentos necesito paz mental, quiero meditar y mi cabeza sufre bombardeos de palabras, luces y colores o simplemente susurros informes.
Asi es, la mayoría del tiempo transcurre por mi mente una red de voces indefinidas que se va desarmando y reanciendo constantemente. A tal punto llegó mi exilio de la realidad que los pensamientos se me aparecen desprovistos de asiento material, como podrían ser las imágenes auditivas de las palabras o las imágenes gráficas de objetos archivados en el recuerdo, a pesar de lo cual no dejo de sentirlos como bullicio. Así es que el pensamiento se vuelve más rápido pero tambien más inútil, vano, injustificado. Se vuelve una actividad de pleno derecho porque se disfruta, pero sólo porque representa un refugio donde esconderse y evadir otras actividades, por inhibición. El cuerpo se contrae, se tensiona y deforma porque retiene energía, no hay descarga. Incluso uno deja de atender a las percepciones corporales cuando está pensando mucho. Me he llegado a encontrar haciendo fuerza con la frente y así con el cuello, la garganta y los hombros duros, lo cual grafica una tremenda desesperación por llegar a algo, dentro del terreno mental, por la imposibilidad de encontrarlo en otro lado. Se buscan respuestas y conclusiones constantemente por el mero placer de pensar, por llenar el vacío que abre la curiosidad motivada nada más que por necesidades afectivas. Si no fuese así, que el pensamiento reemplaza lo que se necesita de otro lado, sería usado como medio simplemente, no como finalidad. Estaría ligado a la resolución de un problema en una situación real y concreta, en el momento en que aparece la necesidad concreta de resolver el problema concreto. El otro tipo de pensamiento, va a destiempo, en verdad pretende acaparar el total del tiempo disponible de una persona, su vida. O más bien es que a esa persona no le queda otra cosa por hacer. Algo tiene que hacer, pero no tiene vida alguna, porque ya perdió el sentido de vivir, se le acabaron los objetivos o no los ve, porque si los viera tendría miedo de concretarlos.
Por eso se refugia. Con pensar no corre ningun peligro.
Esto lo encontré en un cuaderno, lo escribí hace unos meses. Se imaginarán que ya perdí algunos miedos, ahora escribo y publico ja! y tengo un blog! :)
Asi es, la mayoría del tiempo transcurre por mi mente una red de voces indefinidas que se va desarmando y reanciendo constantemente. A tal punto llegó mi exilio de la realidad que los pensamientos se me aparecen desprovistos de asiento material, como podrían ser las imágenes auditivas de las palabras o las imágenes gráficas de objetos archivados en el recuerdo, a pesar de lo cual no dejo de sentirlos como bullicio. Así es que el pensamiento se vuelve más rápido pero tambien más inútil, vano, injustificado. Se vuelve una actividad de pleno derecho porque se disfruta, pero sólo porque representa un refugio donde esconderse y evadir otras actividades, por inhibición. El cuerpo se contrae, se tensiona y deforma porque retiene energía, no hay descarga. Incluso uno deja de atender a las percepciones corporales cuando está pensando mucho. Me he llegado a encontrar haciendo fuerza con la frente y así con el cuello, la garganta y los hombros duros, lo cual grafica una tremenda desesperación por llegar a algo, dentro del terreno mental, por la imposibilidad de encontrarlo en otro lado. Se buscan respuestas y conclusiones constantemente por el mero placer de pensar, por llenar el vacío que abre la curiosidad motivada nada más que por necesidades afectivas. Si no fuese así, que el pensamiento reemplaza lo que se necesita de otro lado, sería usado como medio simplemente, no como finalidad. Estaría ligado a la resolución de un problema en una situación real y concreta, en el momento en que aparece la necesidad concreta de resolver el problema concreto. El otro tipo de pensamiento, va a destiempo, en verdad pretende acaparar el total del tiempo disponible de una persona, su vida. O más bien es que a esa persona no le queda otra cosa por hacer. Algo tiene que hacer, pero no tiene vida alguna, porque ya perdió el sentido de vivir, se le acabaron los objetivos o no los ve, porque si los viera tendría miedo de concretarlos.
Por eso se refugia. Con pensar no corre ningun peligro.
Esto lo encontré en un cuaderno, lo escribí hace unos meses. Se imaginarán que ya perdí algunos miedos, ahora escribo y publico ja! y tengo un blog! :)
3 comentarios:
Progresaste muchisimo, te felicito!!
Por eso te mereces dos cosas como regalo, un beso mio y un click en las propagandas :D
jaja! gracias hermoso!! sos mi amigo para siempre :)
iupiiii me falta el iconito de fiesta :D
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